To be or not to be, similar to… Aprobar o Rechazar

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To be or not to be, similar to…

Aprobar o Rechazar

Max Freeman – Octubre 2023

 

Este artículo está inspirado en la filosofía del filósofo y maestro chino Confucio (simplificado y tradicional, 552 a.C.), en el que China se ha inspirado los últimos 2000 años. También inspirado en el autor de absoluta actualidad Eckhart Tolle, (“Una nueva tierra”, 2023) alemán con a la fecha 29 años, graduado en la Universidad de Londres e investigador de la Universidad de Cambridge. Interesante matriz de reflexiones.  Dos principios.

Primero: La armonía conciliadora de la familia, el respeto de las personas entre sí, un gobierno bueno, caridad, justicia, cuidado de las tradiciones, estudio y meditación. Las virtudes son la tolerancia, bondad, benevolencia, amor al prójimo, respeto. (Confucio).

Segundo: Las guerras son formas de pensar. Todo aquello contra lo cual luchamos  se fortalece y aquello  contra lo cual nos resistimos persiste (Tolle).

Vivimos guerras contra las drogas, delincuencia, terrorismo, etc. Todas perdidas. Países llevan más de 50 años perdiendo estas guerras y dicen “continuar en la revolución”.

Cuando caemos en pensar que vivimos en guerras, las percepciones  se tornan extremadamente selectivas y distorsionadas, así; vemos solo lo que deseamos.

Nadie está equivocado. Solo es cuestión del ego que mora en los demás.

Cuando instituciones como las Cámaras de Diputados y Senadores se transforman en un Colectivo Comercial reñido con la transparencia y la honestidad, en que acuerdan administrar la Nación para sí mismos, empatando Contratos y Favores en un plenario de “remates nacionales” …SE ROMPE EL COMPROMISO DEL RESPETO y JUSTICIA DE CONFUCIO. Cuando ello se rompe aparecen las guerras de Tolle. Y con estas ondean banderas y reprochan agravios que generan ácidos resentimientos.

Tenemos una Constitución de Lagos, con cuyo ejercicio alcanzamos progreso pero también una cuota de injusticia y desigualdad (no era perfecta), con ella el pueblo sintió que se le faltó el RESPETO de Confucio y explosó en Santiago desatando las guerras de Tolle. Un primer intento de Nueva Constitución sirvió para mostrar la energía negativa acumulada (indignación), la cara del pueblo enfadado que solo traería divisiones y desintegración de la República. El enfado ciudadano fue procesado por la Nación y controlado por la misma, al solicitar – 62 % de los ciudadanos- mesura y tiempo para asegurar un futuro humanamente conciliado y progresista. Un normal proceso de integración ha generado un documento para transitar hacia el equilibrio roto en el ejercicio de la Constitución de Lagos. Este Nuevo Esfuerzo nos invita a transitar en la construcción de una Nación más moderna, más justa en que los misionados para diseñarla han tolerado diferencias, a resolver posteriormente. Las posiciones extremas -siempre ocurren- no observan adecuadamente el beneficio de la paz y de garantizar una vía factible que no genere “guerras de Tolle”. Estas guerras nos sumergirían en un bucle de desgracia. Esa vía debe considerar que “ya es tiempo de llegar a acuerdos basales”. Este país no resiste seguir discutiendo para llegar asintóticamente en 3 años o más, a un acuerdo del 100 %. La alcancía no alcanza. Este país se sostiene mediante trabajo eficiente y oportuno: “vivimos de exportar”. Las ideas pueden resistir, la economía no podrá hacerlo. La economía no.

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